sábado, 6 de febrero de 2010

El jardín de la abuela


Así es como he decidido llamar a este cojín.  Comenzó como una prueba con la aguja de vainicas de la Bernina.  Hice unas cuantas rayitas de diferentes puntos en una tela que tenía de sobra por ahí...
Pensaba hacer cuatro cojincitos de armario, pero al ginal me dio pena cortar las cenefitas, así que corté el reto de la tela en trozos y empecé a pensar cómo completar un cojín pequeñito, porque tenía un relleno ideal para ello.

Pretendía que saliera un cojín romántico, así que le puse un trozo de puntilla que tenía por ahí:

Además ese fin de semana llovía, y en el mercadillo cuando hay poca gente se pueden conseguir auténticas gangas.  Yo conseguí un montón de puntillas (trozos de puntillas) por muy poquito, y alguna la añadí a este cojín:

Y esta otra que parecía una verja:
Buscando cosillas que añadir, di con la cajita de muestras que tenía guardada de mi abuela.  De ahí son estas flores amarillas y también la muestra de abajo:
Los botones me los dio mi tía y son de camisas viejas, los típicos de toda la vida, nacarados.  El de flores también lo encontré hace tiempo en Asturias, en una tiendita pequeñita que tenían muchos botones sueltos de saldo.
En la cajita de la abuela también estaban estas pequeñas puntillitas tan monas.

Y como había que completar los espacios vacíos, utilicé una tela blanca que tenía de sobra, y la tela que usé para la trasera de la colcha de triángulos, que me encanta.
Los botones son de Fimo y los hice hace algún tiempo.  El color le quedaba genial aquí.

Por todo esto se llama el jardín de la abuela. ¿no os recuerda a un jardín?  No salió tan shabby como pretendía, pero me encanta el resultado, y además, me trae muchísimos recuerdos.

Recuerdos de ver a mi abuela no hace tanto diciéndome: "enséñame a hacer una muestra de esa flor de ganchillo que estás haciendo...".  Es que ella ya no veía bien para copiar directamente. Pero a pesar de eso, seguía queriendo aprender a hacer cosas nuevas. 

¿No os parece impresionante?

7 comentarios:

Roseta dijo...

Hola Rida:
El cojín una maravilla de recuerdos y la maquina funciona muy bien con todos esos puntos tan bonitos.
Un abrazo.

Robledo Ruiz dijo...

Chiquilla ese cojin es una joya, lo que no se espera sale muchisimo mejor, me encanta, un beso

Pilar Marquez dijo...

Me encanta, Rida, te ha quedado muy bonito, y encima está lleno de recuerdos.
Besitos. Pilar

viky-patch dijo...

¡¡Hola Rida precioso cojin y muy trabajado con gusto, un saludo....

Blanca dijo...

Sólo dos palabras: Im -presionante!
Te ha quedado muy bonito y original.
Bss

eugenia dijo...

Me encanta como te ha quedado el cojin, es fantastico. Besos

Satautey dijo...

Te ha quedado espectacular¡¡¡¡Me encanta.
Saludos

sábado, 6 de febrero de 2010

El jardín de la abuela


Así es como he decidido llamar a este cojín.  Comenzó como una prueba con la aguja de vainicas de la Bernina.  Hice unas cuantas rayitas de diferentes puntos en una tela que tenía de sobra por ahí...
Pensaba hacer cuatro cojincitos de armario, pero al ginal me dio pena cortar las cenefitas, así que corté el reto de la tela en trozos y empecé a pensar cómo completar un cojín pequeñito, porque tenía un relleno ideal para ello.

Pretendía que saliera un cojín romántico, así que le puse un trozo de puntilla que tenía por ahí:

Además ese fin de semana llovía, y en el mercadillo cuando hay poca gente se pueden conseguir auténticas gangas.  Yo conseguí un montón de puntillas (trozos de puntillas) por muy poquito, y alguna la añadí a este cojín:

Y esta otra que parecía una verja:
Buscando cosillas que añadir, di con la cajita de muestras que tenía guardada de mi abuela.  De ahí son estas flores amarillas y también la muestra de abajo:
Los botones me los dio mi tía y son de camisas viejas, los típicos de toda la vida, nacarados.  El de flores también lo encontré hace tiempo en Asturias, en una tiendita pequeñita que tenían muchos botones sueltos de saldo.
En la cajita de la abuela también estaban estas pequeñas puntillitas tan monas.

Y como había que completar los espacios vacíos, utilicé una tela blanca que tenía de sobra, y la tela que usé para la trasera de la colcha de triángulos, que me encanta.
Los botones son de Fimo y los hice hace algún tiempo.  El color le quedaba genial aquí.

Por todo esto se llama el jardín de la abuela. ¿no os recuerda a un jardín?  No salió tan shabby como pretendía, pero me encanta el resultado, y además, me trae muchísimos recuerdos.

Recuerdos de ver a mi abuela no hace tanto diciéndome: "enséñame a hacer una muestra de esa flor de ganchillo que estás haciendo...".  Es que ella ya no veía bien para copiar directamente. Pero a pesar de eso, seguía queriendo aprender a hacer cosas nuevas. 

¿No os parece impresionante?

7 comentarios:

Roseta dijo...

Hola Rida:
El cojín una maravilla de recuerdos y la maquina funciona muy bien con todos esos puntos tan bonitos.
Un abrazo.

Robledo Ruiz dijo...

Chiquilla ese cojin es una joya, lo que no se espera sale muchisimo mejor, me encanta, un beso

Pilar Marquez dijo...

Me encanta, Rida, te ha quedado muy bonito, y encima está lleno de recuerdos.
Besitos. Pilar

viky-patch dijo...

¡¡Hola Rida precioso cojin y muy trabajado con gusto, un saludo....

Blanca dijo...

Sólo dos palabras: Im -presionante!
Te ha quedado muy bonito y original.
Bss

eugenia dijo...

Me encanta como te ha quedado el cojin, es fantastico. Besos

Satautey dijo...

Te ha quedado espectacular¡¡¡¡Me encanta.
Saludos