Esta sala me gusta mucho, porque tiene dos ventanas (al lado de los dardos hay otra) y tiene mucha luz. Las mesas blancas con esa línea tan despejada dan una grata sensación de orden.
También hay una tele, y cuando podemos nos reservamos un sitito para ver tranquilamente al Alonso.
Y la llamo la Sala de la Glicina, porque es donde pinté el arbusto en cuestión.
Tengo que conseguir sacarle una foto más bonita, ahora que ya no están en obras...
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