Me costó un triunfo conseguir un hilo adecuado. O era muy grueso, o se tazaba, o se enredaba o no entraba en la aguja...Buf. Pero al final conseguí aprender, más o menos.
El collar de la foto de arriba es un combinado de perlas de un collar que tenía yo, y las más grandes son de una pulsera que me dio mi madre.
Este collar es un combinado de otras perlas que tenía por casa y unos abalorios de cristal en verde agua preciosos.
Ahora ya sólo queda hacer prácticas para que salgan cada vez mejor.
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