domingo, 27 de enero de 2013

Funda e-book Kindle de Trenes


Otra tela redescubierta!  No sé cómo se me ha podido esconder esta maravilla de tela que me dio mi madre hace tiempo.  Es tan bonita, que la tenía tan guardada, que ni me acordaba que la tenía.

Me encantan estos trenes!

Siempre me relajó viajar en tren.  Aunque las literas esas no tenían nada de cómodas, el sonido constante de  las ruedas contra las vías, ese traca-traca-traca me relajaba.  Sólo me despertaba cuando paraba.

Recuerdo que de pequeñas, muy pequeñas, poníamos monedas en la vía y esperábamos que pasara el tren. El de vía estrecha, en Asturias.

Yo llegué a viajar en esos trenes con bancos de madera.  De esos que si levantabas la tapa del water veías las vías debajo.  Paraba en todos los pueblos por pequeños que fueras.  Cada uno con su apeadero y su edificio correspondiente.

Para ir del pueblo de mi abuela al de mi tía íbamos por la vía del tren, incluso pasábamos un par de puentes. Si venía el tren, pitaba, y te apartabas un poco.

Iba a decir que no pasaba nada, pero lo cierto es que cada cierto tiempo el tren atropellaba a alguien.  Mató a un chaval del pueblo que no recuerdo si tenía Síndrome de Down o algún otro tipo de retraso.  Yo era demasiado pequeña como para diferenciarlo.  Y entonces era "el tonto del pueblo".  Ahora a nadie se le ocurriría usar esa expresión.

¡Cómo hemos cambiado en tan pocos años!  Apenas una generación.  Expresiones antes normales ahora no son políticamente correctas.  Ni son justas para quien recibe ciertos apelativos.  Jugar en la vía del tren, esperar a que el tren aplastara la moneda, usar la vía del tren de camino, era tan normal.  Ahora me da grima sólo pensarlo!

Si nuestra sociedad ha sido capaz de cambiar tanto en tan poco tiempo, seguro que podemos cambiar un poco más y arreglar el desaguisado en el que estamos metidos.  Hay esperanza!

1 comentario:

Susan dijo...

Muy bonito Rida, la verdad es que la tela es una preciosidad.
Saluditos

domingo, 27 de enero de 2013

Funda e-book Kindle de Trenes


Otra tela redescubierta!  No sé cómo se me ha podido esconder esta maravilla de tela que me dio mi madre hace tiempo.  Es tan bonita, que la tenía tan guardada, que ni me acordaba que la tenía.

Me encantan estos trenes!

Siempre me relajó viajar en tren.  Aunque las literas esas no tenían nada de cómodas, el sonido constante de  las ruedas contra las vías, ese traca-traca-traca me relajaba.  Sólo me despertaba cuando paraba.

Recuerdo que de pequeñas, muy pequeñas, poníamos monedas en la vía y esperábamos que pasara el tren. El de vía estrecha, en Asturias.

Yo llegué a viajar en esos trenes con bancos de madera.  De esos que si levantabas la tapa del water veías las vías debajo.  Paraba en todos los pueblos por pequeños que fueras.  Cada uno con su apeadero y su edificio correspondiente.

Para ir del pueblo de mi abuela al de mi tía íbamos por la vía del tren, incluso pasábamos un par de puentes. Si venía el tren, pitaba, y te apartabas un poco.

Iba a decir que no pasaba nada, pero lo cierto es que cada cierto tiempo el tren atropellaba a alguien.  Mató a un chaval del pueblo que no recuerdo si tenía Síndrome de Down o algún otro tipo de retraso.  Yo era demasiado pequeña como para diferenciarlo.  Y entonces era "el tonto del pueblo".  Ahora a nadie se le ocurriría usar esa expresión.

¡Cómo hemos cambiado en tan pocos años!  Apenas una generación.  Expresiones antes normales ahora no son políticamente correctas.  Ni son justas para quien recibe ciertos apelativos.  Jugar en la vía del tren, esperar a que el tren aplastara la moneda, usar la vía del tren de camino, era tan normal.  Ahora me da grima sólo pensarlo!

Si nuestra sociedad ha sido capaz de cambiar tanto en tan poco tiempo, seguro que podemos cambiar un poco más y arreglar el desaguisado en el que estamos metidos.  Hay esperanza!

1 comentario:

Susan dijo...

Muy bonito Rida, la verdad es que la tela es una preciosidad.
Saluditos