Parecía fácil hacer una cajita en miniatura, pero no lo fue tanto. Cada detallito necesita su tiempo y su mimo para que quede perfecto, y en semejante minitamaño, la cosa se complica.
El cursillo nos lo dio Mati Mora, un encanto de mujer, que hace cosas divinas. Pasaros por su web, que relmente merece la pena. Los baules que tiene son impresionante.
Al cursillo se apuntaron varias personas, que nos fueron viendo a Joaqui y a mi allí con ella, y se fueron sentando a participar.
Claro que a ninguno de ellos se le ocurrió preguntar el precio del cursillo, y alguno cuando se enteró al fnal que había que pagar, salió corriendo. Me llamó la atención especialmente una señora con su hija. ¡Menudo morro! Apunta a su hija, nos retrasa a todos porque era pequeña y apenas podía seguir las explicaciones, y encima cuando le dicen que hay que pagar, sale corriendo. Menuda educación le está dando a la nena...
Al final, creo que solamente Joaquin y yo pagamos el cursillo. Esta mujer se esforzó en preparar todo el material, puso a nuestra disposición cosas que a ella le resulta difícil conseguir, dio el curso con todo el cariño del mundo y la gente aún se cree que esto es gratis...
Bueno, anécdotas aparte, toda la Feria estuvo genial!
2 comentarios:
Que cosas más bonitas. Por aquí hay pocas oportunidades de hacer cursos de este tipo. O a lo mejor es que yo no me entero, tendré que ponerme las pilas. Siempre haces cosas preciosas. Besos
¿Es para la casa de muñecas?
Besitos
Susi
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