domingo, 24 de septiembre de 2006

La Capea

Bueno, pues se pasa bien en una Capea, y eso que no me gustan ni los toros ni el mundo que les rodea.

Un día de convivencia con los compañeros de trabajo y sus familias siempre es interesante.


Hizo un día precioso por la mañana, llovió al mediodía y hacía un frío de muerte en cuanto oscureció. Pero eso no nos desanimó a ninguno.

Las pobres vaquillas daban más lástima que miedo. Son chiquititas, y casi apetecía más bajar a darles un caramelito que correr delante de ellas. Aún así, fue divertido, y todo el mundo las respetó y las trató bien, dentro de que las hacían correr de un lado a otro. Alguno se llevó una buena tunda, aunque las vaquillas se cuidaban muy mucho de no atropellar a nadie. Justo cuando parecía que le iban a dar a alguien, giraban la cabeza. Las caídas que se ven fueron porque la gente tropezaba sola, y la pobre vaquilla tropezaba con ellos. Y eso a pesar del esfuerzo que hacían las pobres por no tocar a nadie. Decididamente, unas vaquillas muy bien educadas ;-))

Nos dieron bien de comer y cenamos de barbacoa. Por cierto, menuda barbacoa. Aquí solamente se ve un lado, la parte trasera también es barbacoa y da un calor muy de agradecer en la noche de ayer.

Nos reimos y charlamos un montón. Todos conocimos a un montón de gente nueva y otros vieron a gente cuya trayectoria ya habían perdido.

Una buena idea y mejor organización por parte de la empresa para la que trabaja mi marido.

Y si alguien tiene interés, voy a hacerles un poquito de publicidad. Es la finca de Jarocho, en Huerta del Rey, provincia de Burgos. Se están especializando en organizar este tipo de eventos, no solo para grandes empresas, sino especialmente para grupos de tamaño medio.

Lo que más me llamó la atención sobre su finca y toda la instalación: el mimo con el que lo cuidan. Mi abuela decía que el dinero se nota hasta en el tejado. Yo opino lo mismo sobre el cuidado y el mimo que se pone en lo que uno hace. Estaba impecablemente limpio, a pesar de que estábamos en medio del campo, en una finca con diversos animales. Me llamó muchísmo la atención el baño de chicas. Cortinas con dibujos amarillos, alfombra a juego en amarillos, toallas a juego en amarillos con bordados, papel higiénico a juego. No era mármol de Carrara, pero seguro que no hubiera sido tan acogedor. Se notaba que allí había toda una serie de personas cuidando con mucho cariño y trabajo toda la instalación.

Ojalá tengan mucho éxito.

domingo, 24 de septiembre de 2006

La Capea

Bueno, pues se pasa bien en una Capea, y eso que no me gustan ni los toros ni el mundo que les rodea.

Un día de convivencia con los compañeros de trabajo y sus familias siempre es interesante.


Hizo un día precioso por la mañana, llovió al mediodía y hacía un frío de muerte en cuanto oscureció. Pero eso no nos desanimó a ninguno.

Las pobres vaquillas daban más lástima que miedo. Son chiquititas, y casi apetecía más bajar a darles un caramelito que correr delante de ellas. Aún así, fue divertido, y todo el mundo las respetó y las trató bien, dentro de que las hacían correr de un lado a otro. Alguno se llevó una buena tunda, aunque las vaquillas se cuidaban muy mucho de no atropellar a nadie. Justo cuando parecía que le iban a dar a alguien, giraban la cabeza. Las caídas que se ven fueron porque la gente tropezaba sola, y la pobre vaquilla tropezaba con ellos. Y eso a pesar del esfuerzo que hacían las pobres por no tocar a nadie. Decididamente, unas vaquillas muy bien educadas ;-))

Nos dieron bien de comer y cenamos de barbacoa. Por cierto, menuda barbacoa. Aquí solamente se ve un lado, la parte trasera también es barbacoa y da un calor muy de agradecer en la noche de ayer.

Nos reimos y charlamos un montón. Todos conocimos a un montón de gente nueva y otros vieron a gente cuya trayectoria ya habían perdido.

Una buena idea y mejor organización por parte de la empresa para la que trabaja mi marido.

Y si alguien tiene interés, voy a hacerles un poquito de publicidad. Es la finca de Jarocho, en Huerta del Rey, provincia de Burgos. Se están especializando en organizar este tipo de eventos, no solo para grandes empresas, sino especialmente para grupos de tamaño medio.

Lo que más me llamó la atención sobre su finca y toda la instalación: el mimo con el que lo cuidan. Mi abuela decía que el dinero se nota hasta en el tejado. Yo opino lo mismo sobre el cuidado y el mimo que se pone en lo que uno hace. Estaba impecablemente limpio, a pesar de que estábamos en medio del campo, en una finca con diversos animales. Me llamó muchísmo la atención el baño de chicas. Cortinas con dibujos amarillos, alfombra a juego en amarillos, toallas a juego en amarillos con bordados, papel higiénico a juego. No era mármol de Carrara, pero seguro que no hubiera sido tan acogedor. Se notaba que allí había toda una serie de personas cuidando con mucho cariño y trabajo toda la instalación.

Ojalá tengan mucho éxito.