martes, 27 de agosto de 2019

Trenecitos

Muy cerquita de nuestra casa, en la falda de la montaña, pasa la FEVE.  Ferrocarril de vía estrecha.  Todavía existe, y todavía funciona.  Me encanta verlo.  Aunque ahora es mucho más moderno, sigue haciendo el mismo ruido de siempre.  Ese traqueteo me trae muchos recuerdos. Como cuando poníamos monedas en la vía para que las aplastara.
¡Qué inconscientes!
No todos salimos ilesos.  Siempre había algún atropello.  Porque usábamos las vías para ir de unos pueblos a otros.  Era el camino más corto.  Siempre oias venir el tren a lo lejos, había tiempo para apartarse.  Pero gente mayor, personas discapacitadas o animales solos no lo tenían tan fácil.

Y no, no nos molesta.  Por alguna causa nuestra mente es muy selectiva.  Una vez te acostumbras a un sonido concreto, dejas de oirlo, porque para ti ya no tiene importancia.  A menos que lo estés esperando por alguna causa.  Entonces vuelves a escucharlo.  A veces el funcionamiento de nuestra mente es alucinante.
Esta mochila está hecha con restos de unas telas que mi madre usó para hacer aplicaciones.  A mí me parece preciosa.  Creo que me queda suficiente para hacer alguna más.

1 comentario:

EL RINCON DE CHELO dijo...

Preciosa con esa tela, besos

martes, 27 de agosto de 2019

Trenecitos

Muy cerquita de nuestra casa, en la falda de la montaña, pasa la FEVE.  Ferrocarril de vía estrecha.  Todavía existe, y todavía funciona.  Me encanta verlo.  Aunque ahora es mucho más moderno, sigue haciendo el mismo ruido de siempre.  Ese traqueteo me trae muchos recuerdos. Como cuando poníamos monedas en la vía para que las aplastara.
¡Qué inconscientes!
No todos salimos ilesos.  Siempre había algún atropello.  Porque usábamos las vías para ir de unos pueblos a otros.  Era el camino más corto.  Siempre oias venir el tren a lo lejos, había tiempo para apartarse.  Pero gente mayor, personas discapacitadas o animales solos no lo tenían tan fácil.

Y no, no nos molesta.  Por alguna causa nuestra mente es muy selectiva.  Una vez te acostumbras a un sonido concreto, dejas de oirlo, porque para ti ya no tiene importancia.  A menos que lo estés esperando por alguna causa.  Entonces vuelves a escucharlo.  A veces el funcionamiento de nuestra mente es alucinante.
Esta mochila está hecha con restos de unas telas que mi madre usó para hacer aplicaciones.  A mí me parece preciosa.  Creo que me queda suficiente para hacer alguna más.

1 comentario:

EL RINCON DE CHELO dijo...

Preciosa con esa tela, besos