jueves, 2 de marzo de 2017

Azul tormenta

Cuando vamos a Asturias y hace malo, malísimo, el mar se ve de estos colores.  No es azul, es un grisáceo salpicado de blancos por la espuma de las olas.  Y el cielo en azul intenso.


La combinación de estos dos colores me recuerda mucho a esa estampa.  Además, en general lo veo desde el coche, por la autopista.  Porque cuando hace realmente malo no nos acercamos al mar.



Siempre que veo en la television gente al lado del mar cuando hay tormentas, estoy por ir y decirles "pero en qué mundo vivís que os creeis más fuertes que la naturaleza".  Me cuesta entender qué hace la gente en los castros cuando las olas son más altas y más fuertes que esos castros.  Si te da, se te lleva.  No vayas!




Recuerdo un día que fuimos a los castros de Llames.  Hacía buenísimo, era primavera y había un sol espléndido.  Fuimos a ver los bufones.  Son espectaculares.  Y ese día más, porque había olas muy altas.  Yo decidí permanecer en todo momento en la zona seca, donde no habían llegado las olas.  Y mi marido decidió hacerme una foto.




Pues incluso con todas esas precauciones, cuando me estaba hacienda la foto, llegó una ola más alta que las demás, y me cayó encima. Sentí todo su peso en mi espalda, y gracias a que estaba lejos de la orilla, que si estoy más cerca, o soy más pequeña, igual me habría llevado o hecho daño, al menos.



No se puede jugar con la madre naturaleza.  Aunque es cierto que es impresionante verla en acción.



¿Os gusta mi conjuntito nuevo?

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jueves, 2 de marzo de 2017

Azul tormenta

Cuando vamos a Asturias y hace malo, malísimo, el mar se ve de estos colores.  No es azul, es un grisáceo salpicado de blancos por la espuma de las olas.  Y el cielo en azul intenso.


La combinación de estos dos colores me recuerda mucho a esa estampa.  Además, en general lo veo desde el coche, por la autopista.  Porque cuando hace realmente malo no nos acercamos al mar.



Siempre que veo en la television gente al lado del mar cuando hay tormentas, estoy por ir y decirles "pero en qué mundo vivís que os creeis más fuertes que la naturaleza".  Me cuesta entender qué hace la gente en los castros cuando las olas son más altas y más fuertes que esos castros.  Si te da, se te lleva.  No vayas!




Recuerdo un día que fuimos a los castros de Llames.  Hacía buenísimo, era primavera y había un sol espléndido.  Fuimos a ver los bufones.  Son espectaculares.  Y ese día más, porque había olas muy altas.  Yo decidí permanecer en todo momento en la zona seca, donde no habían llegado las olas.  Y mi marido decidió hacerme una foto.




Pues incluso con todas esas precauciones, cuando me estaba hacienda la foto, llegó una ola más alta que las demás, y me cayó encima. Sentí todo su peso en mi espalda, y gracias a que estaba lejos de la orilla, que si estoy más cerca, o soy más pequeña, igual me habría llevado o hecho daño, al menos.



No se puede jugar con la madre naturaleza.  Aunque es cierto que es impresionante verla en acción.



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