lunes, 7 de julio de 2014

Jesus Echevarrieta

Jesus ha sido una persona muy querida para mí.  Cada Navidad me traía un detalle, unos bombones o cualquier cosa.  Cada vez que venía a la oficina y venía a verme, venía con una sonrisa, con una historia divertida, e incluso cuando venía a pedir, tenías la impresión que el favor te lo hacía él.

Siempre ayudó a quien lo necesitó, y no es algo que yo diga por decir, ni porque ya no esté aquí, es algo que fue evidente siempre.  Quiso conseguir una escuela infantil para el Polígono, porque creía que los trabajadores lo necesitaban, y lo consiguió.  Cuando a la churrera de Burgos se le quemó la churrería, luchó y peleó, negoció, preparó un mercado solidario, y consiguió que la churrera consiguiera su churrería.  Cada Navidad nuestro Polígono (el era el Presidente del Polígono) hacía alguna campaña de ayuda y nos embarcaba a todas las empresas de aquí.

A veces, tanto ayudar hacia afuera, puede hacer que dejes algo más de lado a los tuyos, porque estás ocupado en ayudar a los demás.  Las energías no siempre dan para todo.

Si llego a saber la ilusión que le hizo verme en el Hospital, hubiera ido cada día.  Pero pensé que no quería que le vieran enfermo.  No sé de dónde saqué la idea.  Ahora me arrepiento de no haber ido antes a verle, de no haber estado ahí algo más. Le ví dos días antes de que falleciera.  Y sé que le hizo ilusión, porque yo era una superviviente, así que para él, yo era la imagen de la esperanza.

El caso es que le hicieron un concierto homenaje precioso en el Forum, al que por supuesto asistí.  Nunca había estado en un concierto clásico, pensé que me aburriría.  Pero no, estuvo genial.  No tuve nada de tiempo de aburrirme.  Había demasiados instrumentos encima de la tarima que mirar...

Además, antes de entrar, había una exposición de coches antiguos, justo delante del Forum. 







 ¿Os imaginais el volante y las ruedas de madera?  Menuda suspensión...


Lo dicho, una preciosidad.

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lunes, 7 de julio de 2014

Jesus Echevarrieta

Jesus ha sido una persona muy querida para mí.  Cada Navidad me traía un detalle, unos bombones o cualquier cosa.  Cada vez que venía a la oficina y venía a verme, venía con una sonrisa, con una historia divertida, e incluso cuando venía a pedir, tenías la impresión que el favor te lo hacía él.

Siempre ayudó a quien lo necesitó, y no es algo que yo diga por decir, ni porque ya no esté aquí, es algo que fue evidente siempre.  Quiso conseguir una escuela infantil para el Polígono, porque creía que los trabajadores lo necesitaban, y lo consiguió.  Cuando a la churrera de Burgos se le quemó la churrería, luchó y peleó, negoció, preparó un mercado solidario, y consiguió que la churrera consiguiera su churrería.  Cada Navidad nuestro Polígono (el era el Presidente del Polígono) hacía alguna campaña de ayuda y nos embarcaba a todas las empresas de aquí.

A veces, tanto ayudar hacia afuera, puede hacer que dejes algo más de lado a los tuyos, porque estás ocupado en ayudar a los demás.  Las energías no siempre dan para todo.

Si llego a saber la ilusión que le hizo verme en el Hospital, hubiera ido cada día.  Pero pensé que no quería que le vieran enfermo.  No sé de dónde saqué la idea.  Ahora me arrepiento de no haber ido antes a verle, de no haber estado ahí algo más. Le ví dos días antes de que falleciera.  Y sé que le hizo ilusión, porque yo era una superviviente, así que para él, yo era la imagen de la esperanza.

El caso es que le hicieron un concierto homenaje precioso en el Forum, al que por supuesto asistí.  Nunca había estado en un concierto clásico, pensé que me aburriría.  Pero no, estuvo genial.  No tuve nada de tiempo de aburrirme.  Había demasiados instrumentos encima de la tarima que mirar...

Además, antes de entrar, había una exposición de coches antiguos, justo delante del Forum. 







 ¿Os imaginais el volante y las ruedas de madera?  Menuda suspensión...


Lo dicho, una preciosidad.

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