martes, 11 de septiembre de 2007

Tenerife - día 2

Hora de acostarse: 2:00 am. Hora de levantarse: 7:00 am.

Hoy toca paseo por Puerto de la Cruz.

¿Lo que más me gustó? Este Tío Bueno con un precioso fondo de mar y rocas:

¿Y lo que más me llamó la atención? Las flores. No tanto por bonitas, sino por perfectas. Ni una flor marchita, ni una con una simple quemadura o manchita, nada, todas estaban perfectas para la foto.

Esta fuente me pareció muy bien ideada. Según desde donde mires, parece una continuación del mar.

Por supuesto que estaba nublado. Casi todos los días, aunque el tiempo era el ideal para pasear y ver las maravillas que tienen en Puerto.

Llegamos hasta el jardín de las orquídeas. Exactamente así es como yo me he imaginado siempre el jardín de la casita de mis sueño.

No me extraña que Agatha Cristie haya descrito ese jardín en alguno de sus libros.

Y lo hizo tan bien, que esa fue la imagen que se me quedó para cuando me toque la lotería y pueda tener un jardín así. Ni muy grande, ni muy pequeño. Lo justo para pasear y no perderte. Con rincones donde sentarte a leer o hacer labores , espacios más abiertos para tomar el sol o una comida con los amigos, arboles con raíces extrañas, bancos de piedra forrados de azulejos o pintados, alguna fuente, un charquito con algunos pececillos...
Simplemente perfecto.

Nuestro objetivo era el jardín botánico. Comimos cerca del Jardín de las Orquídeas, y ahí descubrimos el Puchero Canario. ¡Qué bueno!

Pero no nos quedaron fuerzas para seguir subiendo. Es que todo es subida, ni una zona planita. Subida y escaleras. Muertos acabamos en el hotel.

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martes, 11 de septiembre de 2007

Tenerife - día 2

Hora de acostarse: 2:00 am. Hora de levantarse: 7:00 am.

Hoy toca paseo por Puerto de la Cruz.

¿Lo que más me gustó? Este Tío Bueno con un precioso fondo de mar y rocas:

¿Y lo que más me llamó la atención? Las flores. No tanto por bonitas, sino por perfectas. Ni una flor marchita, ni una con una simple quemadura o manchita, nada, todas estaban perfectas para la foto.

Esta fuente me pareció muy bien ideada. Según desde donde mires, parece una continuación del mar.

Por supuesto que estaba nublado. Casi todos los días, aunque el tiempo era el ideal para pasear y ver las maravillas que tienen en Puerto.

Llegamos hasta el jardín de las orquídeas. Exactamente así es como yo me he imaginado siempre el jardín de la casita de mis sueño.

No me extraña que Agatha Cristie haya descrito ese jardín en alguno de sus libros.

Y lo hizo tan bien, que esa fue la imagen que se me quedó para cuando me toque la lotería y pueda tener un jardín así. Ni muy grande, ni muy pequeño. Lo justo para pasear y no perderte. Con rincones donde sentarte a leer o hacer labores , espacios más abiertos para tomar el sol o una comida con los amigos, arboles con raíces extrañas, bancos de piedra forrados de azulejos o pintados, alguna fuente, un charquito con algunos pececillos...
Simplemente perfecto.

Nuestro objetivo era el jardín botánico. Comimos cerca del Jardín de las Orquídeas, y ahí descubrimos el Puchero Canario. ¡Qué bueno!

Pero no nos quedaron fuerzas para seguir subiendo. Es que todo es subida, ni una zona planita. Subida y escaleras. Muertos acabamos en el hotel.

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