miércoles, 4 de enero de 2012

Tapete de origami

El año pasado, hacia estas fechas, estaba yo tan feliz aprendiendo origami con Ana



No tenía ni idea de qué iba a hacer con ello, pero era divertido.  empecé con unas flores grandes, que son las que se ven en las esquinas.  Pero eran demasiado grandes.

Enseguida empecé a hacerlas más pequeñas.  Justo la mitad.  Había que practicar, así que fui haciendo unas cuantas de cada modelo.


En estas les puse un centro, a máquina, por supuesto, porque no me acababan de cuadrar exactas.  No sé cómo se lo montan estos japoneses, para que les cuadre todo a la perfección, he hecho y deshecho montones de veces, la plancha ya sacaba humo, y no había forma.


Al final me encontré con cuatro cuadrados y cuatro flores diferentes, pero no me servían para una colcha, que es mi entretenimiento favorito.Con esos volúmenes, no se pueden meter a la lavadora tan fácilmente.  Así que me decidí por un tapete, con un centro bordado, para que se pueda poner algo encima.



El bordado está hecho ya como acolchado.  El resto lo acolché con caracolillos pequeños, para dejar el mínimo volúmen posible.  Así, se puede poner fácilmente un jarrón encima.



Así es como ha quedado definitivamente.  Los bordes los acolché de forma diferente al centro.  Les puse plumas.

Pensé que me llevaría mucho tiempo, pero cuando no lo hay, había que acabarlo para Navidad, una agudiza el ingenio.  Recordé el bolígrafo blanco que hemos usado para hacer Sashiko a máquina con María José.  Y también recordé que tengo una lámpara de esas que tienen una pinza y la puedes poner donde quieras.  ¿Os he contado que además la mesa de mi salón es un cristal?  Pues con todo eso fue fácil copiar las plumas y la flor de las esquinas y repasarlo luego con hilo transparente.


Me encantó el resultado.  Ha quedado muy elegante, y perfecto para el salón de mi madre, que tiene un sofá en crudo y otro en granate cerca de la mesa del comedor.  Aunque no he podido hacerle una foto en su lugar habitual, porque durante las Navidades la mesa está abierta y siempre llena de gente.  Unos en el ordenador, otros jugando a las cartas, otros leyendo o estudiando.

Un par de vistas del acolchado por detrás:



Por cierto, la tela trasera también es una preciosidad, ¿no os parece?

5 comentarios:

corapensa dijo...

!Un trabajo precioso y muy original! feliz año

Eva dijo...

Te ha quedado precioso, y el acolchado es una preciosidad.
Besicos

viky-patch dijo...

¡¡Hola Rida...., has hecho un trabajo preciosos, las telas son muy bonitas, un saludo....

Magalis Marisol dijo...

Hola amiga!!!!
El tapete te ha quedado genial!!!!
Felicitaciones!!!
Un fuerte abraz<o desde Venezuela!

Mª José patchworktodoeldia.blogspot.com dijo...

Que alegría volver a saber de ti. Veo que has trabajado y que, como siempre te ha quedado precioso. Unn beso muy fuerte.

miércoles, 4 de enero de 2012

Tapete de origami

El año pasado, hacia estas fechas, estaba yo tan feliz aprendiendo origami con Ana



No tenía ni idea de qué iba a hacer con ello, pero era divertido.  empecé con unas flores grandes, que son las que se ven en las esquinas.  Pero eran demasiado grandes.

Enseguida empecé a hacerlas más pequeñas.  Justo la mitad.  Había que practicar, así que fui haciendo unas cuantas de cada modelo.


En estas les puse un centro, a máquina, por supuesto, porque no me acababan de cuadrar exactas.  No sé cómo se lo montan estos japoneses, para que les cuadre todo a la perfección, he hecho y deshecho montones de veces, la plancha ya sacaba humo, y no había forma.


Al final me encontré con cuatro cuadrados y cuatro flores diferentes, pero no me servían para una colcha, que es mi entretenimiento favorito.Con esos volúmenes, no se pueden meter a la lavadora tan fácilmente.  Así que me decidí por un tapete, con un centro bordado, para que se pueda poner algo encima.



El bordado está hecho ya como acolchado.  El resto lo acolché con caracolillos pequeños, para dejar el mínimo volúmen posible.  Así, se puede poner fácilmente un jarrón encima.



Así es como ha quedado definitivamente.  Los bordes los acolché de forma diferente al centro.  Les puse plumas.

Pensé que me llevaría mucho tiempo, pero cuando no lo hay, había que acabarlo para Navidad, una agudiza el ingenio.  Recordé el bolígrafo blanco que hemos usado para hacer Sashiko a máquina con María José.  Y también recordé que tengo una lámpara de esas que tienen una pinza y la puedes poner donde quieras.  ¿Os he contado que además la mesa de mi salón es un cristal?  Pues con todo eso fue fácil copiar las plumas y la flor de las esquinas y repasarlo luego con hilo transparente.


Me encantó el resultado.  Ha quedado muy elegante, y perfecto para el salón de mi madre, que tiene un sofá en crudo y otro en granate cerca de la mesa del comedor.  Aunque no he podido hacerle una foto en su lugar habitual, porque durante las Navidades la mesa está abierta y siempre llena de gente.  Unos en el ordenador, otros jugando a las cartas, otros leyendo o estudiando.

Un par de vistas del acolchado por detrás:



Por cierto, la tela trasera también es una preciosidad, ¿no os parece?

5 comentarios:

corapensa dijo...

!Un trabajo precioso y muy original! feliz año

Eva dijo...

Te ha quedado precioso, y el acolchado es una preciosidad.
Besicos

viky-patch dijo...

¡¡Hola Rida...., has hecho un trabajo preciosos, las telas son muy bonitas, un saludo....

Magalis Marisol dijo...

Hola amiga!!!!
El tapete te ha quedado genial!!!!
Felicitaciones!!!
Un fuerte abraz<o desde Venezuela!

Mª José patchworktodoeldia.blogspot.com dijo...

Que alegría volver a saber de ti. Veo que has trabajado y que, como siempre te ha quedado precioso. Unn beso muy fuerte.