jueves, 27 de diciembre de 2007

Sprint final...

Eso me ha parecido este mes de diciembre. Sé que hace días que no escribo, pero no he tenido tiempo casi ni de respirar.

La campaña de Navidad en la ofi es dura, pero además este año me fui a Alemania a visitar a mi hermano el puente, y eso ha significado menos días de trabajo y de preparación de regalos.
Me estoy viciando con esto del Scrapbooking. He hecho tres albumes Hofmann para regalar.
El primero para mi hermano, con todas las fotos de su comunión. Las fotos son de 1977, casi, casi coincidiendo con las cámaras de fotos de color. ¿Alguna las recuerda? Yo recuerdo que era muy difícil encuadrar. Podías estar viendo algo en la cámara y que la foto se hiciera de otra zona completamente distinta. Y además era fácil que las fotos salieran con poca definición, o movidas, o mal de color.
En este caso, las todos estaban todas rojas. Aprendí a cambir el color, dar definición a las fotos, y también a buscar fondos y adornos para chicos. Además busqué fotos de la iglesia actuales para combinar, recorté alguna vela y pajarita para adornar y preparé algún fondo con la ropa de los invitados.
Esta es una página de muestra:
El segundo album de Hofmann fue para mi madre, con las fotos de su boda. Estas estaban todas en blanco y negro y quedan muy bien al ser escaneadas. Se pueden ampliar mucho, y no pierden demasiada definición.
En este caso ya me pude explayar un poco más, poner lacitos, ser algo más creativa. En la muestra que he puesto, amplié el ramo de mi madre y lo hice algo transparente. Le puse un fondo dorado. Además busqué una foto con dos alianzas y las recorté para adornar un poco.


El tercero fue para mi hermana, y lógicamente fue también el más elaborado. Primero porque pude poner todo tipo de rositas, lacitos y demás. Segundo porque había aprendido bastante de los otros dos. El título del album es "hermanas" y puse todas las fotos que encontré de nosotras dos juntas, por años. Con algún que otro dicho sobre hermanas.

En la composición de abajo utilicé tres fotos que hice en mi viaje a Alemania de la casa donde vivíamos entonces, y las puse en color, un poco transparentes. Además añadí dos fotos de aquella época, en una estamos en el patio que había allí, y en la otra estamos en el balcón.
Todo esto lo estoy haciendo en Photoimpact, y luego lo inserto como fondo en el programa de Hofmann. Por cierto, tardaron apenas una semana desde el momento en que envié el album hasta que lo tuve en casa. Funcionan muy bien. Y son preciosos. Si alguna tiene dudas, que las olvide y que pruebe. Son geniales.
Y si no sabéis manejaros con ningún programa de dibujo, no hay problema. Es programa de Hofmann es tan sencillo que cualquiera puede manejarlo.

En Alemania encontré además el rodillo para Fimo. Y muy bien de precio, tengo que decir. Y lo probé.

Todos estos conjuntos están hechos con Fimo y pan de oro. Es muy sencillito. Haces una plaquita gruesa de Fimo con el rodillo, pones encima el pan de oro, lo aprietas un poco con el dedo y vuelves a pasarlo por el rodillo pero en una posición menos gruesa. El pan de oro de cuartea y salen estas preciosidades:




También he encontrado una cadena en la chatarra muy interesante. Tiene un color precioso y un peso muy adecuado. Así que he estado haciendo pruebas.
Primero la mezclé con restos de otras cadenas que tenía, y que pesan mucho menos. También hice los pendientes. Ha quedado un conjunto muy moderno y actual.

Luego hice otra prueba con Fimo, unas bolitas a las que pegué una especie de granalla plateada. Luego con el brillo quedaron bien pegadas y las monté también en una cadena. Me falta hacer los pendientes.

Y otros pendientes. Grandes y verdes, con cositas colgando para que den sensación de movimiento al llevarlos.

También compré montones de servilletas preciosas en Alemania. Y un pegamento para utilizar la técnica de las servilletas en tela, además de otro pegamento para endurecer telas. Son medios que veo en las revistas pero que luego no encuentro en las tiendas de por aquí.

En Zaragoza me hice con un par de libros sobre bolsos, a cual más bonito.

Y esta mano es un regalo de Navidad de mi madre, para que pueda poner mis anillos y collares mientras los estoy haciendo. ¿A que es original?
Bueno, he recibido muchos más regalos, el más importante un disco duro externo de 500 gb para todas mis fotos. Así que aquí estoy de pruebas.
Mañana ya toca comenzar de nuevo estudios, que aunque estos días en Zaragoza he avanzado bastante, aún me queda suficiente para llenar estas vacaciones.



Regalito

Nada más llegar de Zaragoza me encontré con un precioso detallito de Lola, de poquito a poco.




¡Menuda sorpresa! No lo esperaba. Me manda un alfiletero navideño y una preciosa tarjetita hecha a mano.

Muchísimas gracias, Lola.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Viaje a Alemania

Todo comenzó en Bilbao, el miércoles 7 de Diciembre. Salimos en avión hacia Mallorca, y de allí a Stuttgart. Todo el día de viaje, comida rápida en Mallorca, y llegada a Stuttgart a las tantas de la tarde. menos mal que mi hermano se apiadó de nosotros y nos llevó directamente al Weihnachtsmarkt de Waiblingen, donde nos invitó a un Glühwein bien calentito.

Weihnachtsmarkt = mercadillo de Navidad, donde venden prácticamente sólo cosas para decorar las casas en Navidad.

Glühwein = vino caliente con especias. Buenísimo.

Jueves 8 de Diciembre:




Palacio de Ludwigsburg. Un palacio inmenso y precioso, perfectamente conservado. En realidad toda la ciudad está muy bien conservada.


Tuvimos mucha suerte porque solamente estábamos nosotros tres y otra pareja con el guía, y pudo explayarse mucho. Vimos cosas realmente extrañas, que no se suelen ver en los recorridos habituales de los palacios.


Por ejemplo, el váter. No las sillas tipo trono que utilizaban los grandes reyes, sino un cuartito de algo así como metro por metro y medio con una especie de banco con agujero, de madera todo. Escondido detrás de una pared.


También vimos las partes traseras de las habitaciones reales, por donde se movía la servidumbre, y por donde cargaban las estufas de madera. Y el armario donde se guardaban las ropas reales. ¿Os habéis fijado que no hay ni un solo armario a la vista en cualquier palacio que visitéis?


Resultó una visita muy instructiva.

Había en la ciudad un Weihnachtsmarkt barroco. Y este es el cartel que lo anuncia:
La casa de la familia Turm und Taxi. Los Taxis se llaman así por ellos. Fueron los primeros a quienes les encargaron un servicio de postas que también llevaba personas. Se hicieron ricos gracias a esa concesión.
Desde ahí nos fuimos a visitar el Fernsehturm de Stuttgart. Hacía un frío que pelaba ahí arriba. Casi no podíamos andar del aire. Las vistas, preciosas.
Viernes, 7 de Diciembre:

Visita al Weihnachstmark de Stuttgart. Sí, hay montones de cosas que ver en la zona, pero yo quería ver todos los Weihnachstmarkt que pudiera, quería sentir el espíritu navideño tan especial que se respira en esa época en Alemania. Así que visitamos todos los que pudimos.
Aquí se ve la decoración que los dueños de las casetas habían colocado en los tejados. La gran mayoría estaban muy elaborados, algunos con movimientos y música. En la foto también se ven los "Lebkuchen", un dulce especial de la zona. Son los corazones que cuelgan. ¡Me encantan!

Todos los días que estuvimos por allí comimos salchichas en diferentes casetas. Restaurantes hay en todas partes. Casetas con salchichas de medio metro, solamente en los Weihnachtsmärkte.


Y todos los días tomamos al menos una tacita de Glühwein. Las tacitas están decoradas, y si quieres, puedes quedártelas. Si las devuelves, te devuelven los 2 euros que pagas por ellas. Me quedé con una de cada sitio.


Por la tarde visitamos el museo de la Daimler. Si algún día vais, reservád una mañana entera. Dos horas no son ni mucho menos suficientes. ¡Qué montón de coches! A cual más bonito.


Sábado, 8 de Diciembre


Visita a Esslingen.



Este es la champañería de Kessler. Subimos a tomar una copita y he de decir que estaba buenísimo.


En Esslingen tuvimos la oportunidad de ver tres mercadillos diferentes: el de los sábados, el de Navidad y el Medieval, todos perfectamente separados.


Y si estamos en un mercado medieval, hay que ser consecuente. Este es el tíovivo, accionado a mano. También había una mininoria y diversos juegos medievales. Cosas tan normales de la época como tiro al arco o tiro de hacha. Y evidentemente los bocadillos eran hechos en el momento en un horno de leña.


Pasamos allí casi todo el día. Había tantísimas cosas que ver...


A la vuelta nos detuvimos en Backnang. Ahí es donde me crié. Sólo para echar un vistacillo. Aparcamos en la Bleichwiese y donde siempre ha estado había un stand con patatas fritas y salchichas. Como si no hubieran pasado 30 años. Evidentemente me comí unas patatas fritas.

Decidimos volver al día siguiente.

Domingo 9 de Diciembre

Backnang. Estuvimos allí toda la mañana. Primero fuimos a visitar la casa donde vivimos hacia el final de nuestra estancia, de allí paseamos hasta el Max-Born-Gymnasium, donde estudié desde los 10 a los 12 años. Recordaba cada curva como si no hubiera pasado el tiempo. Luego fuimos hasta la Schillerschule, el otro colegio donde estudié desde los 6 a los 10 años. Incluso el castaño con el que jugábamos seguía alli.

Desde allí mi hermano nos llevó a un local donde comimos. Yo probé el camembert frito, probé también los Maultaschen revueltos con huevo. Delicioso todo.

Visitamos la primera casa en la que recuerdo haber vivido, hasta los 6 años más o menos. Seguía todo igual. No han cambiado ni el color de la casa, ni el bar que había haciendo esquina.

La iglesia, el ayuntamiento, la calle principal, todo seguia igual, y es normal. Pero incluso estaba allí la panadería donde comprábamos el pan, la carnicería tres casas más arriba, la farmacia donde nos daban unos pósters preciosos y la librería donde yo compraba mis diarios.

Mi hermano además me descubrió otra parte de la ciudad que no recuerdo haber visitado nunca, y que es preciosa, con sus típicas casitas con madera, el puente sobre el río, las iglesias de diferentes ritos...



Descubrí que tengo muchos más recuerdos de los que pensaba, y también que muchas de las cosas que aparecen en mis sueños eran reales, existían. Por ejemplo, un precioso parquecito que había detrás de las escaleras del colegio, y que yo no recordaba conscientemente. Sin embargo, aparecía en mis sueños de vez en cuando.

Mereció la pena esta visita al pasado.

De ahí nos fuimos a Lichtenstein, pero resulta que el Palacio está cerrado durante los meses de Diciembre y Enero, así que solamente lo pudimos ver un poco por fuera.

Y visita rápida al mercado de chocolate de Tübingen. Otro pueblecito precioso. La visita duró poco, porque se hizo de noche y empezó a llover. Pero nos dio tiempo a visitar el stand del "Ritter Sport" y tomar un chocolate caliente, además de un Glühwein con chocolate.

Lunes, 10 de Diciembre

Vuelta a casa por el mismo camino, llevando un montón de recuerdos en la memoria.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Sprint final...

Eso me ha parecido este mes de diciembre. Sé que hace días que no escribo, pero no he tenido tiempo casi ni de respirar.

La campaña de Navidad en la ofi es dura, pero además este año me fui a Alemania a visitar a mi hermano el puente, y eso ha significado menos días de trabajo y de preparación de regalos.
Me estoy viciando con esto del Scrapbooking. He hecho tres albumes Hofmann para regalar.
El primero para mi hermano, con todas las fotos de su comunión. Las fotos son de 1977, casi, casi coincidiendo con las cámaras de fotos de color. ¿Alguna las recuerda? Yo recuerdo que era muy difícil encuadrar. Podías estar viendo algo en la cámara y que la foto se hiciera de otra zona completamente distinta. Y además era fácil que las fotos salieran con poca definición, o movidas, o mal de color.
En este caso, las todos estaban todas rojas. Aprendí a cambir el color, dar definición a las fotos, y también a buscar fondos y adornos para chicos. Además busqué fotos de la iglesia actuales para combinar, recorté alguna vela y pajarita para adornar y preparé algún fondo con la ropa de los invitados.
Esta es una página de muestra:
El segundo album de Hofmann fue para mi madre, con las fotos de su boda. Estas estaban todas en blanco y negro y quedan muy bien al ser escaneadas. Se pueden ampliar mucho, y no pierden demasiada definición.
En este caso ya me pude explayar un poco más, poner lacitos, ser algo más creativa. En la muestra que he puesto, amplié el ramo de mi madre y lo hice algo transparente. Le puse un fondo dorado. Además busqué una foto con dos alianzas y las recorté para adornar un poco.


El tercero fue para mi hermana, y lógicamente fue también el más elaborado. Primero porque pude poner todo tipo de rositas, lacitos y demás. Segundo porque había aprendido bastante de los otros dos. El título del album es "hermanas" y puse todas las fotos que encontré de nosotras dos juntas, por años. Con algún que otro dicho sobre hermanas.

En la composición de abajo utilicé tres fotos que hice en mi viaje a Alemania de la casa donde vivíamos entonces, y las puse en color, un poco transparentes. Además añadí dos fotos de aquella época, en una estamos en el patio que había allí, y en la otra estamos en el balcón.
Todo esto lo estoy haciendo en Photoimpact, y luego lo inserto como fondo en el programa de Hofmann. Por cierto, tardaron apenas una semana desde el momento en que envié el album hasta que lo tuve en casa. Funcionan muy bien. Y son preciosos. Si alguna tiene dudas, que las olvide y que pruebe. Son geniales.
Y si no sabéis manejaros con ningún programa de dibujo, no hay problema. Es programa de Hofmann es tan sencillo que cualquiera puede manejarlo.

En Alemania encontré además el rodillo para Fimo. Y muy bien de precio, tengo que decir. Y lo probé.

Todos estos conjuntos están hechos con Fimo y pan de oro. Es muy sencillito. Haces una plaquita gruesa de Fimo con el rodillo, pones encima el pan de oro, lo aprietas un poco con el dedo y vuelves a pasarlo por el rodillo pero en una posición menos gruesa. El pan de oro de cuartea y salen estas preciosidades:




También he encontrado una cadena en la chatarra muy interesante. Tiene un color precioso y un peso muy adecuado. Así que he estado haciendo pruebas.
Primero la mezclé con restos de otras cadenas que tenía, y que pesan mucho menos. También hice los pendientes. Ha quedado un conjunto muy moderno y actual.

Luego hice otra prueba con Fimo, unas bolitas a las que pegué una especie de granalla plateada. Luego con el brillo quedaron bien pegadas y las monté también en una cadena. Me falta hacer los pendientes.

Y otros pendientes. Grandes y verdes, con cositas colgando para que den sensación de movimiento al llevarlos.

También compré montones de servilletas preciosas en Alemania. Y un pegamento para utilizar la técnica de las servilletas en tela, además de otro pegamento para endurecer telas. Son medios que veo en las revistas pero que luego no encuentro en las tiendas de por aquí.

En Zaragoza me hice con un par de libros sobre bolsos, a cual más bonito.

Y esta mano es un regalo de Navidad de mi madre, para que pueda poner mis anillos y collares mientras los estoy haciendo. ¿A que es original?
Bueno, he recibido muchos más regalos, el más importante un disco duro externo de 500 gb para todas mis fotos. Así que aquí estoy de pruebas.
Mañana ya toca comenzar de nuevo estudios, que aunque estos días en Zaragoza he avanzado bastante, aún me queda suficiente para llenar estas vacaciones.



Regalito

Nada más llegar de Zaragoza me encontré con un precioso detallito de Lola, de poquito a poco.




¡Menuda sorpresa! No lo esperaba. Me manda un alfiletero navideño y una preciosa tarjetita hecha a mano.

Muchísimas gracias, Lola.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Viaje a Alemania

Todo comenzó en Bilbao, el miércoles 7 de Diciembre. Salimos en avión hacia Mallorca, y de allí a Stuttgart. Todo el día de viaje, comida rápida en Mallorca, y llegada a Stuttgart a las tantas de la tarde. menos mal que mi hermano se apiadó de nosotros y nos llevó directamente al Weihnachtsmarkt de Waiblingen, donde nos invitó a un Glühwein bien calentito.

Weihnachtsmarkt = mercadillo de Navidad, donde venden prácticamente sólo cosas para decorar las casas en Navidad.

Glühwein = vino caliente con especias. Buenísimo.

Jueves 8 de Diciembre:




Palacio de Ludwigsburg. Un palacio inmenso y precioso, perfectamente conservado. En realidad toda la ciudad está muy bien conservada.


Tuvimos mucha suerte porque solamente estábamos nosotros tres y otra pareja con el guía, y pudo explayarse mucho. Vimos cosas realmente extrañas, que no se suelen ver en los recorridos habituales de los palacios.


Por ejemplo, el váter. No las sillas tipo trono que utilizaban los grandes reyes, sino un cuartito de algo así como metro por metro y medio con una especie de banco con agujero, de madera todo. Escondido detrás de una pared.


También vimos las partes traseras de las habitaciones reales, por donde se movía la servidumbre, y por donde cargaban las estufas de madera. Y el armario donde se guardaban las ropas reales. ¿Os habéis fijado que no hay ni un solo armario a la vista en cualquier palacio que visitéis?


Resultó una visita muy instructiva.

Había en la ciudad un Weihnachtsmarkt barroco. Y este es el cartel que lo anuncia:
La casa de la familia Turm und Taxi. Los Taxis se llaman así por ellos. Fueron los primeros a quienes les encargaron un servicio de postas que también llevaba personas. Se hicieron ricos gracias a esa concesión.
Desde ahí nos fuimos a visitar el Fernsehturm de Stuttgart. Hacía un frío que pelaba ahí arriba. Casi no podíamos andar del aire. Las vistas, preciosas.
Viernes, 7 de Diciembre:

Visita al Weihnachstmark de Stuttgart. Sí, hay montones de cosas que ver en la zona, pero yo quería ver todos los Weihnachstmarkt que pudiera, quería sentir el espíritu navideño tan especial que se respira en esa época en Alemania. Así que visitamos todos los que pudimos.
Aquí se ve la decoración que los dueños de las casetas habían colocado en los tejados. La gran mayoría estaban muy elaborados, algunos con movimientos y música. En la foto también se ven los "Lebkuchen", un dulce especial de la zona. Son los corazones que cuelgan. ¡Me encantan!

Todos los días que estuvimos por allí comimos salchichas en diferentes casetas. Restaurantes hay en todas partes. Casetas con salchichas de medio metro, solamente en los Weihnachtsmärkte.


Y todos los días tomamos al menos una tacita de Glühwein. Las tacitas están decoradas, y si quieres, puedes quedártelas. Si las devuelves, te devuelven los 2 euros que pagas por ellas. Me quedé con una de cada sitio.


Por la tarde visitamos el museo de la Daimler. Si algún día vais, reservád una mañana entera. Dos horas no son ni mucho menos suficientes. ¡Qué montón de coches! A cual más bonito.


Sábado, 8 de Diciembre


Visita a Esslingen.



Este es la champañería de Kessler. Subimos a tomar una copita y he de decir que estaba buenísimo.


En Esslingen tuvimos la oportunidad de ver tres mercadillos diferentes: el de los sábados, el de Navidad y el Medieval, todos perfectamente separados.


Y si estamos en un mercado medieval, hay que ser consecuente. Este es el tíovivo, accionado a mano. También había una mininoria y diversos juegos medievales. Cosas tan normales de la época como tiro al arco o tiro de hacha. Y evidentemente los bocadillos eran hechos en el momento en un horno de leña.


Pasamos allí casi todo el día. Había tantísimas cosas que ver...


A la vuelta nos detuvimos en Backnang. Ahí es donde me crié. Sólo para echar un vistacillo. Aparcamos en la Bleichwiese y donde siempre ha estado había un stand con patatas fritas y salchichas. Como si no hubieran pasado 30 años. Evidentemente me comí unas patatas fritas.

Decidimos volver al día siguiente.

Domingo 9 de Diciembre

Backnang. Estuvimos allí toda la mañana. Primero fuimos a visitar la casa donde vivimos hacia el final de nuestra estancia, de allí paseamos hasta el Max-Born-Gymnasium, donde estudié desde los 10 a los 12 años. Recordaba cada curva como si no hubiera pasado el tiempo. Luego fuimos hasta la Schillerschule, el otro colegio donde estudié desde los 6 a los 10 años. Incluso el castaño con el que jugábamos seguía alli.

Desde allí mi hermano nos llevó a un local donde comimos. Yo probé el camembert frito, probé también los Maultaschen revueltos con huevo. Delicioso todo.

Visitamos la primera casa en la que recuerdo haber vivido, hasta los 6 años más o menos. Seguía todo igual. No han cambiado ni el color de la casa, ni el bar que había haciendo esquina.

La iglesia, el ayuntamiento, la calle principal, todo seguia igual, y es normal. Pero incluso estaba allí la panadería donde comprábamos el pan, la carnicería tres casas más arriba, la farmacia donde nos daban unos pósters preciosos y la librería donde yo compraba mis diarios.

Mi hermano además me descubrió otra parte de la ciudad que no recuerdo haber visitado nunca, y que es preciosa, con sus típicas casitas con madera, el puente sobre el río, las iglesias de diferentes ritos...



Descubrí que tengo muchos más recuerdos de los que pensaba, y también que muchas de las cosas que aparecen en mis sueños eran reales, existían. Por ejemplo, un precioso parquecito que había detrás de las escaleras del colegio, y que yo no recordaba conscientemente. Sin embargo, aparecía en mis sueños de vez en cuando.

Mereció la pena esta visita al pasado.

De ahí nos fuimos a Lichtenstein, pero resulta que el Palacio está cerrado durante los meses de Diciembre y Enero, así que solamente lo pudimos ver un poco por fuera.

Y visita rápida al mercado de chocolate de Tübingen. Otro pueblecito precioso. La visita duró poco, porque se hizo de noche y empezó a llover. Pero nos dio tiempo a visitar el stand del "Ritter Sport" y tomar un chocolate caliente, además de un Glühwein con chocolate.

Lunes, 10 de Diciembre

Vuelta a casa por el mismo camino, llevando un montón de recuerdos en la memoria.